Antes de empezar a leer un libro, siempre leo la última frase de la última página, entonces sin sentido. A lo largo de los capítulos, diferentes deducciones respecto a su significado van mutando según el acontecimiento de los hechos.
A medida que me acerco a las últimas páginas, un misterioso puzzle de hipótesis va inundando mi cabeza tal Sherlock literato. El llegar a las últimas palabras, ya conocidas desde un inicio, sentencia la lectura. La mayoría de veces la última frase no cobra sentido hasta empezar a releerla de nuevo tras todo el camino de letras recorrido.
El asesino fue el mayordomo, pero ¿por qué? ¿Es simplemente una cuestión de estrato social, o hay algún interés oscuro por ocultar? En cualquier caso, el asesino es el mayordomo (para los que empiecen leyendo por la última frase).
Jordi Busquets – 2009